En general, llegamos a las pistas y ¡vamos! Nos ponemos a esquiar sin perder un minuto. Pensamos que con empezar suave basta para activarnos, pero no ocurre así, más contando con que estamos en un entorno muy frío. Precisamente debido a esto, nuestros vasos sanguíneos se estrechan e impiden que nuestra sangre circule con normalidad. Nuestros músculos se contraen, nuestras articulaciones están rígidas… ¡vamos camino de una lesión!
Por ello os recomendamos algunos ejercicios muy sencillos para que vuestro cuerpo entre en calor y así vuestros músculos puedan responderos mejor. Con el calentamiento conseguimos que nuestros sistemas cardiocirculatorio, respiratorio y muscular y nerviosa comiencen a trabajar. El corazón aumenta las pulsaciones poco a poco y aumenta la temperatura de nuestros músculos, tendones y ligamentos: así evitamos un riesgos de lesión.
Pero esto no es todo: también hace que nuestro sistema nerviosa responda mejor, mejorando nuestra atención, percepción visual, coordinación y concentración.
Comenzaremos por abajo para ir subiendo. Necesitaremos rotar las articulaciones de las piernas como tobillos o rodillas para acabar en la cadera. Tan sencillo como realizar movimientos circulares, unos 20 segundos cada pie, luego cada rodilla y luego la cadera.
Para calentar los músculos de las piernas os recomendamos realizar 15 sentadillas. Abriendo un poco las piernas y con la espalda recta, subiremos y bajaremos a una velocidad no muy rápida pero constante. Así conseguiremos que glúteos y cuádriceps se calienten en seguida. Para los abductores, abriremos de nuevo un poco las piernas (a la altura de los hombros) y realizaremos una zancada lateral intentando mantener la espalda recta, sin flexionar la pierna más de 90º y aguantando.
Sin duda las piernas son las que más tienen que aguantar nuestra jornada de esquí, pero no te olvides de los brazos. Estíralos manteniéndolos rectos y llevándolos para el lado contrario del cuerpo todo lo que puedas y aguantando unos segundos. También puedes subir el brazo y doblar el codo, de modo que la mano toca la parte de atrás de la cabeza.
Ten mucho cuidado con la espalda cuando esquíes y recuerda que si en algún momento, hayas calentado o no, te duele o molesta alguna parte del cuerpo es mejor no forzar y parar de inmediato ya que a la larga puede ser peor.
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